Ely+Walter
Villa Urquiza, 2023
Llegar a la hora dorada es un trabajo de equipo. Algún valioso meteorólogo lo ha calculado todo y del resto se encarga tu wifi: introduciendo tu ciudad y la fecha de interés vas a saber la hora de la puesta del sol, seguida del crepúsculo (esa claridad melancólica y anaranjada que se fundirá finalmente en la oscuridad).
Sabiendo esa hora hay que saber llegar a tiempo. Porque si hay algo innegociable es el abrazo genuino que vendrá después que salgas por ese pasillo. Donde entra un abrazo, entran cien más. Y cada abrazo va sumando segundos y minutos.
Calculá al menos media hora de abrazos. Qué bien invertiste tu tiempo.